El silencio no es tal,
Es un rumor en mis oídos
Una fricción de células
Una caricia del aire
que suena.
No soy dueña del silencio
(ni
de nada)
Sólo vivo en él.
Y en él, el roce de mi pluma sobre el
papel
Es estruendo.
Por la noche
Repaso mi día, ¿ha merecido
la pena? ¿He bailado? Sí. ¿He amado? Un resorte a punto del no se topa con el recuerdo de los árboles
de camino a casa.
Y ese silencio.
El cielo nublado. Hace
frío. Me obligan a mirar hacia arriba y yo siento cómo mi espalda y mi cuello
se estiran. Árboles que no esperan. Sólo son.
Dos cipreses tremendos
ondean y yo sé que mi vida es como ellos.
Debe ser como ellos.
Ser sin esperar.
Me muevo con el aire,
digna, y honro el suelo que me alimenta.
Amo, con todo su
significado.
Estás a punto de vestirte, hermano |
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