[…]Lo venero porque se abstiene de la acción, y
abre su alma con el objetivo de poder ser. En
mitad de un mundo de actores bulliciosos y superficiales, es noble hacerse a un
lado y decir: “Simplemente quiero ser”.
Si pudiese plantarme enseguida sobre la verdad, reduciendo al mínimo mis
necesidades, me vería inmediatamente más cerca de la naturaleza, más cerca de
mis compañeros… y la vida sería infinitamente más rica. Pero ¡heme aquí!,
temblando en la orilla…
Primera carta que Harrison G. O. Blake escribe a H.D.
Thoreau en
Hoy me he
levantado muy antisistema. Mucho más que cualquier otro día. Aun así, he
obedecido al despertador y he acudido puntual a mi cita con la administración
pública del estado español. He proferido proclamas anticapitalistas en un suave
y civilizado tono y, ya más tranquila, he ofrecido siete horas de mi vida al
análisis del agua del río que nos riega… Me mata mi incoherencia. Cada vez hay
más distancia entre mis pensamientos y mis actos y, estoy convencida, ésa es la
principal fuente de mis tristezas cuando llegan.
Para más
inri, a mi anciano coche se le ha roto el ventilador. El hecho, dadas mi
manchega latitud y la concurrencia del mes de Julio, se torna terrorífico, lo suficiente
como para que flojeen mis soflamas anticapitalistas y me plantee comprarme otro
coche, maldita sea. Más leña al fuego para mi incoherencia y para futuros
malestares, estoy segura. Al plantear la disyuntiva en el rato del café soy
preguntada, precisamente, por mi vía más coherente de actuación. Y en este día
en que me siento tan radical, declaro que si yo fuera coherente no sólo no me
compraría otro coche sino que lo dejaría todo, viviría en una cueva y allí me
dejaría morir como acto de amor hacia la Tierra (esto último, incoherentemente, no lo he
dicho).
Y no es
porque me haya enamorado perdidamente del pensamiento de Thoreau ni porque siga
engullendo despacito sus ensayos, pues me viene de lejos el convencimiento de lo
inútil que es para la Tierra la presencia del ser humano en su actual
forma de vivir. Si alguna función tuviésemos para la Tierra nuestro modo de vida
tendría que estar acoplado a Sus ritmos y principios, para empezar. En su
defecto, hemos inventado unos modos alejados de todo eso y así, ciegos por la
consecución de unos objetivos que nos marca la tradición o el propio
capitalismo, nos movemos por Ella como caballos de Atila. Hemos ideado un ritmo
rápido de obtención de hitos vitales, de consumo de recursos y hasta de
personas que nada tiene que ver con la tranquila cadencia de los procesos
naturales, como el tiempo que se toma una flor para abrir o el ocaso en agotar
sus últimos rayos de sol.
Cuando me
despierto así de antisistema tengo la certeza de que despojarnos de todo exceso
material nos sincronizaría con el mundo y nos acercaría a nuestra esencia, a la Verdad. Aprendiendo
de los animales, legítimamente sincronizados, ¿cuáles serían nuestras
necesidades reales? Techo y comida. Y cuando no estemos comiendo ni durmiendo,
contemplación, juego, espera confiada, alguna actividad reposada como quitarle
piojos a algún compañero... Cualquier otro quehacer alimenta el mundo de
corchopán que nos hemos sacado de la manga. Creo incluso, cuando me siento así
de revolucionaria, que desde el preciso momento en que el hombre empezó a
gestar este parque temático surgió la ciencia y la filosofía pues, en última
instancia, el saber está destinado a conocer la esencia del hombre. No
necesitaríamos estudiarlo si precisamente viviéramos según nuestra esencia.
Cuando se
me activa el anticapitalismo radical dudo del modelo generalizado de familia y
supone para mí un exceso traer más consumidores vidas a este mundo. ¿No
será un acto egoísta por mi parte el no querer renunciar a experimentar el amor
hacia un hijo? Estoy convencida que no habrá amor igual pero ¿se nos pasa por
la cabeza el precio que ha de pagar el ser humano que llega sólo porque yo no
quiera prescindir de convertirme en madre? Cuando estoy así de anticapitalista,
el mayor acto de amor que se me ocurre ofrecer al mundo es el de renunciar a
reproducirme y soy consciente que pronunciar tal improperio también conlleva
una no pequeña dosis de egocentrismo, maldita sea otra vez la incongruencia.
Pero adoro
a los niños, es casi lo único que salvaría del mundo cuando lo observo desde mi
radicalizada perspectiva. Me mata su inocencia, sus ojos grandes cuando me
preguntan curiosos. Me encanta hacerles reír, sorprenderles, enseñarles… pero tampoco
creo que una mujer se haga completa cuando pare a otro ser. Y nadie nos arenga
a hacerlo, sólo faltaría, pero de una forma velada el fantasma de la anomalía
se cierne sobre nosotras cuando a cierta edad no te has reproducido. A cierta
edad tienes que tener una buena explicación bajo la manga para justificar que
no tienes hijos y no digas que te da pereza o que no consideras que a este mundo
le hagan falta más consumidores sino quieres sentirte como una paria. El hijo
como hito a obtener es lo que me rebela. El hijo porque es lo que toca. ¿Tan aburridos estamos? Y después ese hijo, que no
tendrá más remedio que recorrer el trillado camino de la educación-producción
cuya cualidad dependerá de lo que al sistema en ese momento le convenga
engendrar: ¿obreros?, pues venga una remesa de obreros iletrados. Pobre hijo,
sólo libre en el mejor de los casos durante dos o tres años pues después tendrá
que prepararse para competir. Y pidámosle paz luego a mi generación o a las
futuras cuando desde el colegio hemos competido por ser los mejores. Oh, Dios
mío, cuando me levanto antisistema me reafirmo en que el mejor favor que podemos
hacerle al mundo es quedarnos en barbecho.
Cada vez más
creo que nuestras enfermedades emocionales y físicas se deben a no digerir que
nuestras vidas no se parezcan al modelo establecido (tomado por verdadero) y
así, cuántos dramas surgen cuando, por ejemplo, nuestra pareja nos deja. En ese
sufrimiento ¿qué porcentaje es desamor y qué porcentaje pérdida de estatus? ¿Qué
porcentaje del dolor se debe al egoísmo por no saber qué hacer o por tener que
abandonar un tipo de vida al que nos habíamos acomodado?
Pero no
todo es queja cuando enarbolo la bandera anticapitalista. Cuando dejo de
observarnos como a una masa, aparte de los niños, aparecen mil rayos de
esperanza en la cercanía, en el tú a tú, en la vulnerabilidad del desnudarse en
sentido literal y figurado delante de otra persona… ¿quién puede enmascararse
ahí durante mucho tiempo? Entre las piezas de corchopán del mundo que hemos
construido también existe el vacío: espacios donde late la potencialidad de otro
tipo de convivencia y construcción de nuestro mundo. En esos silencios se
encuentra el sentido mismo de lo verdadero, de lo esencial.
En mi
estado de rebelión creo que la ideal sería la vida nómada. Ir ligeros de
equipaje, despojarnos de necesidades superfluas e ir descubriendo el mundo a
medida que nos descubrimos a nosotros mismos, ¿qué otra cosa puede haber más
interesante? Quizá no encontraríamos muchas diferencias entre nosotros y la Tierra , estoy segura.
Pero no
estoy a la altura de mis pensamientos y lo peor de despertarse antisistema es
observarme y ser consciente de mis incoherencias. De no ser capaz con mis
herramientas actuales de encaminarme a velocidad de crucero y sin titubeos
hacia ese tipo de vida que proclamo, pues siempre encuentro argumentos para
rebatir mis manifiestos. Hago amagos con los que me autoengaño pero de tanto
entrenarme en el salto he olvidado para qué lo practico. Me quedo quieta pero
un rato después dudo de si mi ausencia de movimientos claros se debe a una verdadera
rebelión pacífica o a puro conformismo... Se llama miedo y por el miedo dejo
que transcurran más y más días de incoherencia. Pero tampoco creo en el
puñetazo fuerte sobre la mesa, más bien en la realización de pequeños actos
coherentes. De momento, empezaré por seguir con mi viejo coche, aunque eso
confronte incoherentemente con otros de mis radicalismos, los ecologistas, maldita
sea.
Jajajajajajajajajaja me encanta leerte, yo tb me he levantado tan antisistema muchas veces en mi vida. Pero desde hace unos poquitos años estoy mas tranquila, creo que si se pueden hacer cositas, de a poco para que las incoherencias no sean tan grandes... Entre ellas aceptar que las incoherencias siempre estaran, eres humana ;) y recuerda, si la vida no quisiera que estuvieramos en el planeta, facilmente nos aniquilaria: una glaciacion, unos terremotos, unas olitas... Y listo. Aunque yo tampoco soy capaz de entender en que beneficia nuestra existencia virica a la vida. Animo preciosa!!!! Besos!!!
ResponderEliminarPues sí, yo también quiero creer que si estamos aquí por algo será y quizá estemos desarrollando nuestra función aunque no nos demos cuenta... Ser poquito a poco cada vez más coherente, consuela bastante. Creo que a medida que se gana en coherencia, también se gana en madurez y en bienestar. Avancemos poquito a poco, pues!
EliminarGracias por pasarte por aquí!! Besazos!
Es hora de proclamar que las convicciones suelen tener orígenes dudosos y propósitos absurdos, y que por ellas se malgastan muchos esfuerzos y se inflingen crueles sufrimientos a personas inocentes. Por eso es bueno, periódicamente, probar a sostener lo contrario de lo que uno cree y comprobar que tambien puede persuadir, incluso más que la propia creencia. Luego puede volverse al punto de partida, porque lo importante no es estar en lo cierto, sino estar a gusto. Del mismo modo, si la convicción opuesta a la convicción propia, aunque no resulte más persuasiva, se muestra más confortable, no hay otra solución sensata que cambiar. Amargarse por lealtad a una casualidad es un signo de inmadurez.
ResponderEliminarDe Lorenzo Silva en "La flaqueza del bolchevique".
Efectivamente, porque cuando uno se amarga es que está emocionalmente atado a alguna de sus convicciones. El no-apego es lo que permite experimentar posiciones tal y como dice el párrafo. Y ése es el estado que me pido para cuando sea mayor. Mientras, cual si me estuviera autoeducando en emociones, me curo transmutándolas, entre otros, en este espacio... y sienta tan bien!
EliminarGracias por el comentario.
Pd: Las canciones de Love of Lesbian se me pegan como lapas en los últimos tiempos. Alguna tenia que caer.
Por cierto... Muy acertado el tema de Love of Lesbian.
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