Pues no sé,
vamos a ver, me respondo. De momento, he escrito el título y llego a la segunda
línea sin que el ordenador me haya hecho ningún extraño. Pero claro, tampoco sé
yo si la intención de escritura tiene la suficiente materialidad como para que la
fuerza de los elementos se percate y descargue su furia sobre mi persona.
Prosigo pues y
me meto de lleno en el ajo.
Ayer estuve en
misa.
Desde hace algunos
años cuando voy a misa es para asuntos que se encuentran en los extremos opuestos
de la escala de la alegría. O a bodas o a entierros.
Por desgracia, ayer
tocó lo segundo.
La poca
frecuencia de mi asistencia al rito religioso hace que, ya que estoy allí, me
ponga a escuchar lo que dice el cura. Confieso que hace unos años me proponía
lo mismo pero el discurso tenía la propiedad de hacer que, aun sin terminar el
primer minuto, mi atención ya anduviera dando saltos desde la chaqueta de la
señora que tenía sentada delante, al peinado de la de al lado, a lo que estará
pensando aquél tan alto o en lo que hará con su vida ese otro… Y así hasta que
nos daban el aviso de que había que ponerse de pie para seguir con el ritual.
Pero hete aquí
que desde que ando metida en asuntos espirituales, y no hace falta para ello
vestir el atuendo de monja o meditar en una cueva o tocar los crótalos sino
simplemente tener una inquietud y leer un poquito sobre el tema, me da por
escuchar con atención cada vez que voy y, sin querer, me pongo a contrastar los
mensajes.
Imagino que no
todos los curas serán iguales así que este escrito va dirigido únicamente a mi
experiencia concreta y puntual de ayer.
En un mono-tono
del que obviaré la crítica porque lo de la expresividad es algo inherente a la
persona, el cura nos leyó un evangelio que versaba sobre una conversación entre
Jesús y sus discípulos en la que les decía que el reino de Dios está dentro de
ellos y que, por ende, no esperaran que dicho reino fuera a llegar en medio de grandes
alharacas. Más o menos ese es el resumen.
Después llegó la
homilía y lejos de aclarar el mensaje que, a mi entender, es en lo que esto consiste,
se puso este hombre a repetir una y otra vez lo que decía el evangelio. Que
venga con que el reino de Dios lo tenemos dentro y otra vez con el reino de
Dios, que si deja que el reino de Dios entre en ti. Que si el reino de Dios,
esto; que si el reino de Dios, lo otro. Y yo pensando, como decía Joaquín Reyes
en su memorable Testimonio de Tachenko: “dímelo otra vez, anda: dímelo otra
vez”. Y es que, no porque me lo repitas más veces me voy a enterar mejor de lo
que me estás contando.
En ese momento me puse a mirar a la gente que me rodeaba y todas las caras tenían una
expresión que me era familiar. Era mi propia expresión bastantes años antes,
aguantando el chaparrón de la homilía, esperando a que pasara, fijándome en
quién ha venido, pensando en lo que haría después… lo que sea salvo escuchar.
Porque te prometo que si hubiéramos estado escuchando, muchas cabezas se
habrían vuelto a un lado y a otro buscando complicidades y similares gestos de extrañeza
o incluso se habrían levantado manos para solicitar turno y consultar dudas.
Y es que, ¿cómo
voy a reconocer el reino de Dios, señor mío, si la iglesia no me aclara qué es
Dios? ¿Y cómo voy a saber si tengo dentro el reino de Dios si no me está explicando
lo que es el reino de Dios?
Que no es este
post para dármelas de lista… es algo así como una denuncia o un feedback de
mejora para la iglesia*. Perdón, para este cura en concreto. Quizá nadie le ha
dicho que no se le entiende y que su mensaje es bastante confuso. Es sólo esa
mi intención. Dejo aparte la opinión que tengo sobre esta institución.
Al alcance de
todos están otras formas de explicar la espiritualidad, por otra parte,
necesaria para mi persona. Espiritualidad, así en genérico.
Sinceramente, no
sabría definir muy bien el término pero estoy convencida que tiene que ver con resolver,
de la forma en la que a cada cual le valga, el qué carajo hacemos aquí en la
vida. Y a poco que te pongas a indagar encuentras filosofías y corrientes de
pensamiento que, teniendo en cuenta lo abstracto del asunto, se han esforzado
en explicarlo de una forma más natural. Quizá tan natural como trató de hacerlo
Jesús. Pero, por supuesto, no como trata de explicarlo la iglesia. Perdón, el
cura de mi pueblo.
En cuanto a la
idea de Dios, el taoísmo dice algo así como que “Hay una fuerza que mantiene y
entretiene la vida; como no sé su nombre, le llamo TAO”. Me encanta: Mira, aquí hay vida y yo no me lo puedo ni
explicar. Pero no hacen más que nacer, transcurrir y morir cosas. Y yo no sé qué es ni por qué
ocurre, así que me voy a inventar un nombre para todo Esto. Mismamente TAO. Y
en Esto, estoy yo, estás tú y estamos todos.
Esa fuerza sería
Dios. Y esa fuerza somos también todos nosotros y todo lo que pasa en el
universo. Cuando el universo surgió del Big Bang, echando mano a esta teoría,
los humanos no estábamos viéndolo en el cine ni escuchando la retransmisión que
daban en la radio sobre el tema. Lo que quiera que seamos surgió también en ese
momento, por lo que estamos hechos de la misma pasta que el TODO y, como si
fuéramos hologramas, el TODO está contenido en nosotros. En nosotros está el
TAO. Nosotros vivimos en ese TAO, en esa fuerza. En lo que la iglesia llama
Dios. Y lo transmitimos o se transmite a través de nuestra capacidad de crear,
entre otras cosas, vida.
¿Y lo del reino
de Dios? ¿Qué habrá querido decir con el reino de Dios? Lo habrá repetido, y
dale Perico al torno, unas cincuenta veces. Aquí yo sí habría levantado la mano
si no fuera porque el respeto a la ceremonia era infinitamente más grande que
mi perplejidad.
Intuyo que con
lo del reino de Dios se refiere a vivir de acuerdo al TAO. A dejarse llevar por
la corriente de la misma Vida. A participar de su transcurrir con suavidad, sin
oposición, con comprensión ante los aconteceres; con la conciencia de que
formamos y somos parte de este vastísimo TODO y que la única manera de alcanzar
la verdadera felicidad es sumergirnos en ese transcurso sin resistencias, con
ojos ávidos de experiencias y aprendizaje; aprovechando lo que el viaje nos
depara y no queriendo aferrarnos a ninguna de las piedras que encontramos en el
cauce, porque nos haríamos daño. A comprender que estamos de paso. A reír desde
el corazón una vez que todo este juego esté comprendido. A, abandonando los
personajes que creemos que somos, simplemente SER.
Qué se yo… no sé
qué palabras habría de haber utilizado. Quizá lo de las palabras era lo de
menos. Lo de más habría sido, en mi opinión, la verdadera voluntad de que el mensaje
se entendiera y que eso se antepusiera al rito.
Pero es sólo mi
opinión porque puede ser que yo fuera la única que no tenía claro lo que es
Dios y su reino y todos los demás ya estuvieran de vuelta.
O quizá es que
sea verdad eso de que no es demasiado interesante el promover que la gente se
cuestione sobre sí misma. Porque, a mi entender, ese es el primer paso para alcanzar
su verdadera Libertad. O acaso, el Reino de Dios.
Con el máximo
respeto hacia personas que quiero y que ayer despedían a un ser muy querido.
(*) Buen intento
el hacerlo desde aquí, hormiguita.
En un blog se puede y se debe escribir de "to".
ResponderEliminarNo, si cuando vi que podía terminar el post y todo ya me quedé más tranquila.
EliminarMuchas gracias por confirmármelo y por pasarte(se) por aquí. Es curioso porque fue hace unos días cuando descubrí su (tu) blog y me encantó el humor que supuran sus escritos.
Gracias por esta definicion deDios y de espiritualidad!
ResponderEliminarEl agua fluye!!!!! Y siempre escoge el camino correcto!!!
Besos!
Angelica
Tiene toda la pinta de que los que trabajamos con el agua tornaremos poco a poco a replicantes de Bruce Lee.
EliminarBesazos grandes!
La visión taoísta es tan respetable como otras muchas, supongo. Pero en cualquier caso estamos ante un tema del cual no sabemos absolutamente nada y por esa misma razón podemos echarnos días y años filosofando. Yo creo que solo hay dos tipos de humanos: los creyentes y los que no lo son. En el primer grupo estarían los religiosos y los ateos (es decir, los que creen en un dios y los que creen que no hay nada). Y en el segundo los que, siguiendo la etimología griega, no saben qué decir porque el asunto les supera. Un servidor se apunta a este segundo grupo, y no le doy más vueltas desde hace años.
ResponderEliminarTantas personas como opciones de vivir la vida...
EliminarPlantearse así a pelo las grandes preguntas es abrumador y, como dices, nos llevaría a pensar y filosofar probablemente desaprovechando un tiempo precioso (también creo que nos aburriríamos enseguida). Más bien creo que a todo esto se llega sin querer y desde otros lugares y planteamientos. Por el motivo que sea uno puede encontrarse buscando la forma de vivir mejor su propia vida y ésta, sin darse cuenta, le va llevando a otras muchas partes. Una de ellas pude ser a filosofías orientales que experimentan con la totalidad desde el minuto uno.
Tratar de comprender todo esto desde la razón, filosofar, insisto en que es vano intento. En estos campos prima la intuición y, permítaseme quizá la cursilería, el corazón.
Muchas gracias por su paseo por estos lares.
Me parto suavemente con tu definición meridiana de la enseñanza del Tao. Contigo me entero mucho mejor que con Lao-Tse. Dicho lo cual me pregunto: ¿qué estará esperando esta mujer para subirse a los púlpitos cual Pablo Iglesias a los platós y los plebiscitos?
ResponderEliminarPues...let me see... a que la palabra púlpito pase de esdrújula a (adorable) llana y a que Joaquín Reyes adorne en vivo mis discursos... lo que pasa es que creo que está muy liado con el Wyoming.
EliminarMuchos besazos!
Ommmmmmm!!!!!! La iglesia es otro mundo.
ResponderEliminar...que afecta a este enormemente.
EliminarCon la iglesia hemos topao!! ahí es ná...esto solo se puede arreglar tomando cervezas en el bar; y si eso algún que otro chuletón...que eso si que es estar en "la Gloria"; de Dios, de Tao, de la CHG, de la OPA...yo también te quiero ver en un púlpito!!! jajaja; aunque sea pa hacer unos monologuillos con Pablo Iglesias y Joaquín Reyes, jajaja.
ResponderEliminarDéjate de púlpitos... ya es bastante el cansineo desde aquí.
Eliminar¡A ver si actualizas tu Movember!
Besos!
Creo que está actualizado...por lo menos ayer, jajaja.
EliminarBesos más...
"no es demasiado interesante el promover que la gente se cuestione sobre sí misma", con esta frase lo dices todo querida.
ResponderEliminarLas omilías no suelen ser mejores de lo que cuentas. Para la iglesia cristiana, todo gira en torno a la fe y para ellos la fe es creerte lo que te cuentan, sin más. Así que no necesitan explicarse mejor. Así les va.
Salud!
Pues es verdad, ilusa de mi había olvidado el socorrido "Factor Fe". Así cualquiera se sube a un púlpito (ya que estamos con esas en los comentarios).
EliminarBesos, Pensadora!!