jueves, 27 de marzo de 2014

Un cuento chino

La he buscado como objeto de consuelo y por fin la encuentro.
- Te voy a abordar-, le saludo y ella, divertida, hace como que se resiste un poco para después darme un fuerte abrazo acogedor como ella misma. Como sus palabras y su sabiduría.
- Te estaba buscando- digo, - porque me he acordado a deshora de que trabajabas con ancianos. Es que el otro día…- las lágrimas tan facilonas últimamente ya están ahí. Ya lo estaban, de hecho, en la garganta y ya no hay saliva para mantenerlas a raya. Con esta mujer me desapuntalo. Ya está.
No se compadece, me sonríe y noto que sus ojos guardan el tesoro de las palabras que sabe que me van a servir.
Una parte de mí quiere que nos regodeemos en el dolor y en el sentimiento de que no hay esperanza, de qué cruel es la vida misma. Pero ella ya ha empezado a horadar esta pantalla de congoja a fuerza de frases que se infiltran por sus rendijas de pladur.
No soy amiga de cuentos chinos y estos días las frases hechas que yo misma he usado para otros en similares circunstancias, huelen a rancio y a mentira. Pero esta mujer…esta mujer me dice que no pasa nada, que la pena es sólo humana.
SOLO humana, como si lo humano fuera poco. Pero es que en realidad somos poco comparado con lo grande, me dice. Somos como una versión de los chinos de lo que realmente ES.
Tampoco soy amiga de la idea de Dios que venía impuesta en el mundo en el que he nacido pero ella me habla de la VIDA. De la VIDA con mayúsculas, como algo más grande y continuo que nuestras propias gotas de vidas finitas.
Esta mujer empieza a poner orden en mi caos interno de teorías sobresaltadas por el impacto de los hechos. Estas teorías bullen, pugnan por salir a la palestra y después corren asustadas a las bambalinas: no esperaba yo que lo esperado causara una conmoción así.
Mis conocimientos y teorías más materialistas de la época universitaria se han entremezclado con otras más recientes y espirituales y, bajo el manto de que la sabiduría está en todo, todas me sirven estos días para tratar de explicarme la VIDA.
Ella me dice que la vida es algo más grande y continuo que se abrió paso a través de mi abuela y luego de mi madre para llegar a mí y que así ese ALGO seguirá su camino, su ciclo infinito. Sale entonces a escena la teoría del Ciclo del Agua y se adorna con las coplas de Jorge Manrique, entonando:

Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar,
que es el morir;
allí van los señoríos
derechos a se acabar
y consumir;
allí los ríos caudales,
allí los otros medianos
y más chicos,
y llegados, son iguales
los que viven por sus manos
y los ricos.
La vida…el agua, es infinita. Siempre agua en diferentes estados. Siempre circulando y viajando a través de vapor, líquido o hielo... Siempre agua aunque se divida en gotas y cada gota, una de las innumerables combinaciones posibles de todas las moléculas que componen EL AGUA. Siempre agua aunque cada gota nunca, NUNCA vuelva a ser exactamente igual a lo que un día fue. Aunque nunca, nunca, podamos a volver a conformar esa misma gota.
Uno de los conocimientos aprendidos en la escuela cuando en mi plan de estudios aún no se habían separado las ciencias de las letras, pide paso. Recuerdo así los sustantivos contables e incontables y el agua es incontable. ¿Puedes decir un agua?, qué feo, ¿no?. ¿Pero puedes decir un río, una gota, un océano?. Lo incontable, como el agua, necesita un contenedor para ser contado. Y así, para que lo grande sea contado, necesita acotarse, limitarse. Si encierras el agua en una gota para contarla, la cuentas sí, pero ella tiene la propiedad de escurrirse de nuevo de tus manos para combinarse una y un millón de veces en sí misma.
Me llevo todo esto a la VIDA y establezco el símil. La VIDA es la VIDA y en su eterno viaje se reordena en diferentes estados (vida: sólida, compacta, cuerpo == muerte: expansión) y se hace contable en una y pequeña vida por un tiempo, el que sea, hasta que ella misma decida que vuelve a expandirse, como VIDA que es. Y entonces estalla de nuevo en uno más de sus innumerables bigbanes: la pequeña vida que había sido pasa a impregnarlo todo y TODO queda impregnado de ella en, eso si, una dosis homeopática de aquello que fue en su discurrir.
En ese momento ya no existe la barrera de lo físico y puedes acceder a ella más que nunca, me sigue diciendo, porque ahora la tienes en TODO. Ahora ella ha vuelto a lo que realmente es, a lo que realmente somos, a la VIDA.
Y yo insisto, y quiero excusarme y decirle que no entiendo por qué estoy así, que yo fui fuerte en las primeras horas pero después… no importa, es sólo humano, y ahora golpea fuerte: la sociedad nos ha enseñado a que si no lloramos, no queremos. Esto no nos permite estar en contacto con ese otro estado de la VIDA. No nos permite mirar en perspectiva y asimilar lo que somos realmente…
Finalmente, como si me leyera el pensamiento, me susurra al oído en su abrazo de despedida: no estás sola.
Me desmorono un poco, así que se separa y, de nuevo divertida, me dice - ala, ya tienes trabajito-.
No sé por dónde empezar pero este cuento chino contado por ella, por esta maestra que yo he visto emocionarse en medio de una clase, comienza lentamente a escurrirse entre los intersticios de mis ideas previas, creando una amalgama que hace que todo cobre algo de sentido.
Pienso que lo grande y verdadero a lo que no tenemos acceso, porque estamos contenidos en él, solo puede ser contado a través de cuentos.
El pez no sabe lo que es el agua.
Nosotros no sabemos lo que es la vida, porque nos lleva y nos contiene.
A mi me sirve.
Le sonrío acongojada aún.
Le beso.

Me despido: gracias Mar. 


A mis personas queridas y cercanas, familiares o no, que últimamente han "perdido" a alguien. Por si os sirve. Por si nos sirve.

7 comentarios:

  1. Para cuándo tu libro??? En cuantico salga me lo compro!!!
    Si escribes muchismo mejor que escritores consagraos...besicos.

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    1. Tú me quieres bien...eso es lo que te pasa.
      Besos, resalao.

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  2. Pues muy bien escrito y parido.

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  3. Me ha encantado!!. Y me has hecho pensar un poquito...
    (José Ramón Tian)

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    1. Gracias!, y gracias por comentar. A ver si pronto comento yo algo en el tuyo ;)
      Por cierto, que lo escrito ocurrió allí, precisamente.

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  4. Laura enohorabuena! Me encanta tu manera de poner por escrito lo que es energía y vida, cuando tú lo explicas lo complejo parece fácil de comprender, y me digo: claaaro cómo no lo había pensado antes?! ahora lo entiendo todo! ;)
    Alma

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