Yo sé que fue cosa de chiquillos.
De hecho, si dejo un poco libre la imaginación, puedo verlos dándose arrumacos por toda la hilera de coches aparcados en mi calle.
También sé que el mensaje no iba para mí y que fue cosa suya lo de dejar un “TE QUIERO” con boli permanente, muy discreto, eso sí, en el marco de la puerta del conductor.
Pero, qué quieres que te diga, no lo voy a borrar... Ya me he acostumbrado a que cada vez que toca viaje, mientras me encojo para entrar, cerrar y ajustarme el cinturón, le responda en silencio: y yo a ti, cari. Y yo a ti.
Porque fue por tu barrio y son muy educados (vamos a llamarlo así después de haber jodido la puerta con el boli...); bueno, que si llega a ser en mi barrio, habrían puesto algo más así: "Me TIES LOCO, te voy a METER TOOOO; menos miedo", jajaja...
ResponderEliminarUn saludo guapa.
Y ahora ya sé por qué en tu barrio no queda ningún mozo suelto...
EliminarBesazos y ánimos con los escritos de Jarracas!
¡Moola!
ResponderEliminar¿Y se te ocurre pensar cuántas de tus manifestaciones de amor, aversión o lo que sea han pasado a formar parte de la vida conocidos o desconocidos? (Que sepas que la blogocosa también va un poco de eso)
Más besitos por aquí.
Raro esto de la blogocosa...unas días metida y noto cómo cambia el cuento cuando pasas de leer a participar.
EliminarDe momento prefiero seguir tomándolo como la terapia que es, pero empiezo a intuir el montón de posibilidades que tiene.
Muas!