Como en yin que
tiene el yang dentro y viceversa, en la certeza habita la duda y el germen del
movimiento en medio de la quietud. Se disipa cuando todo ha pasado, así se resuelve si se difuminó o si fue regado hasta que dio frutos.
No es natural la
quietud permanente. Me pregunto si esta desgana lo es; si el no inmiscuirme
demasiado en casi nada, estará bien. Mis pasiones ahora no me soliviantan. Soy
firme defensora de mí.
La duda me
pregunta si no echo de menos el movimiento.
En medio del
movimiento, todo mi ser anhelaba quietud.
Y aunque no tiene nada que ver (o sí), mira que canción más bonita.
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